Pertenecen a las tradiciones escocesas. Son pequeños, cordiales y serviciales. Su nombre se se debe a su color pardo y se dice que visitan las granjas para ayudar a los humanas en las tareas domésticas durante el sueño.
Si se los trata bien, los brownies, recompensan a sus benefactores protegiendo sus cosechas y los animales. Pero incluso pueden ordeñar vacas y cabras o batir manteca. Pero si se sienten ofendidos, castigan al ofensor.
A los Brownies les gusta que les dejen crema fresca o pasteles con miel, cerveza, pan. Las ofrendas se dejan en lugares alejados de la casa para que ellos puedan tomarlos por la noche, sin ser vistos. Luego volverán a sus casas, generalmente en los huecos de los árboles.
Estos duendes escoceses no suelen ser visibles a los humanos. Las pocas veces que se dejan ver, muestran sus rostros arrugados con barbas y bigotes blancos, luciendo un estilo medieval: polainas marrones, cuello rizado, gorros puntiagudos e incluso delantales de cuero como los herreros antiguos.