El cadejo es un extendido mito en Centroamérica que está presente en diferentes países.
En Guatemala es un animal fabuloso muy largo con cabeza de chivo, orejas de conejo y cara de murciélago.
En Costa Rica es el ánima de una mujer pecadora que se encarna en un gran perro negro de pelo largo y ojos encendidos que en horas nocturnas asusta a animales y humanos.
En Honduras y el Salvador, se refiere a un espíritu malvado que vaga en la oscuridad de la noche para anunciar la muerte. Algunas veces puede transfigurarse humanamente pero su forma más habitual es la de un penacho o vellón de lana. Otras versiones de la zona dicen que e se trata de un ser de un metro de altura que suele asustar a los viajeros solitarios. Los persigue por largas distancias y emite un lamento que puede helar la sangre de los que lo escuchan. Cuando la víctima ya esta agotada de escuchar ese terrible lamento, el cadejo se hincha hasta tener el tamaño de un toro para luego aplastar a la víctima. Estas aparecen luego a los lados del camino helados y mudos durante varios días. De todas formas, en general, la víctima se recupera.