Se trata de duendes domésticos de las tradiciones británicas que suelen habitar dentro del hogar en algún lugar cercano al fuego de la chimenea. Pequeños, de unos cuarenta centímetros, suelen ser bondadosos aunque de haber razón para ello, pueden enfurecerse mucho.
Para calmar el enojo de un hodglobin se debe dejar un trozo de pastel junto a la repisa de la chimenea y reunir a la familia en torno al hogar, cerrando los ojos hasta que el duende olvide su enfado