Las larvas, también conocidas como lemures era para las tradiciones etruscas (luego heredadas por los romanos) fantasmas de muertos que como no habían alcanzado su descanso, vagaban por el mundo durante las noches para expiar sus crímenes.

Se dice de las larvas que seguían a los hombres para inducirlos a cometer malas acciones o simplemente, asustarlas.

Para apaciguar a las larvas, los romanos recurrían a diferentes artificios: tocar tambores, golpear una vacija de bronce (porque las larvas le temerían a este sonido), rogar protección a los espíritus de los antepasados o celebrar fiestas (las fiestas lemurias).

por Graciela Paula Caldeiro