Se trata de un monstruo marino, un particular tipo de hombre pez que también es conocido como fraile de mar y responde a descripciones muy diversas.
Hacia medidados del siglo XVI, un naturalista francés, Guillaume Rondelet, cuenta que, tras una gran tormenta, un ejemplar del Obispo de Mar fue atrapado en el mar de Noruega. Según su descripción, posee un deformado rostro humano, cabeza rapada y lisa y un capuchón de monje sobre los hombros. Dos largas aletas como miembros superiores y una enorme cola.
Konrad von Gesner, otro naturalista del mismo siglo, lo describe como una criatura de expresión feroz, dos cuerpos, orejas largas, brazos humanos y cuerpo de pez.
Los relatos marionos de la epoca, relatan avistajes de este monstruo con rasgos humanos y se cree que la convicción de su existencia perduró hasta el siglo XIX.